Un material para poner en práctica

Explorar datos no siempre tiene que ser digital. Este proyecto invita a volver a lo tangible, a lo hecho a mano, a las dinámicas donde las personas pueden tocar, mover y participar. Es una propuesta para entusiastas de la visualización análoga de información que buscan inspiración y herramientas para diseñar sus propios dispositivos de recolección de datos de forma creativa, lúdica y colectiva.

Este proyecto nace como una extensión práctica del libro en proceso Mastering Dot Voting, una herramienta pensada para poner en acción los conceptos del Workbook y experimentar con nuevas formas de recopilar y representar información. Se trata de un conjunto de matrices visuales diseñadas para quienes disfrutan explorar la visualización análoga de datos y buscan inspiración para crear sus propios dispositivos de recolección de información.

Las tarjetas surgen como un material práctico y versátil que permite experimentar con distintas formas de graficar la percepción y las decisiones de un grupo. Cada tarjeta propone una estructura que se puede adaptar a diferentes temas, públicos o espacios. Funcionan como pequeñas guías visuales que facilitan la creación de dispositivos participativos y ayudan a convertir los datos en experiencias compartidas.

El Dot Voting es una metodología sencilla y poderosa que invita a las personas a participar pegando puntos adhesivos para votar, priorizar o expresar su opinión. Las tarjetas convierten esta dinámica en un juego visual, donde cada punto cuenta una historia y, al juntarse, revela patrones colectivos. Es una forma ágil, inclusiva y divertida de dar voz a todos y todas, promoviendo la colaboración y el pensamiento visual.

En Espacio Binario pusimos a prueba estas tarjetas en una sesión abierta de exploración y diálogo. Las matrices se convirtieron en superficies vivas: cada punto fue una voz, cada color una idea en movimiento. Lo que comenzó como un ejercicio de visualización terminó siendo una conversación colectiva sobre cómo miramos, sentimos y compartimos los datos. Porque, al final, visualizar también es una forma de escucharnos.